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La Dimensión Relacional de tu personalidad atiende a tu utilidad como ser humano.

Las relaciones constituyen el puente entre la Realidad Física y la Espiritual.

En esta dimensión experimentas una paradoja.

El deseo de unirte al otro (o al grupo), preservando tu individualidad.

Comprender y gestionar esta aparente contradicción (unirte y mantenerte separado al mismo tiempo) es clave para tu Desarrollo Personal efectivo.

La mayor parte de los problemas que experimentas en tus relaciones se deben a que:

Le das al otro la llave de tu Felicidad

Al fundirte con el otro, tu alma experimenta cosas placenteras y originales. Y cuando te separas crees que, eso que has experimentado, no es tuyo. 

Te suena eso de: “solo contigo soy feliz”

Pretendes que el otro te Salve

O intentas tú salvarle (que es lo mismo). Crees que el otro puede hacerse cargo de tu dolor. O que, uniéndote con él (o ella) vas a poder mitigar el suyo. Por ejemplo, si el otro lo pasa mal, te enfocas en el problema, en lugar de en la solución. Una cosa es compartir tu dolor y otra bien diferente pretender que el otro se haga cargo.

Te suena eso de: “no me haces ni caso”

Para mantener relaciones vitalizantes es importante que aprendas a gestionar la comunicación que practicas con los demás. El 70 % de tu tiempo lo pasas comunicándote y el objetivo principal de la comunicación es crear y mantener relaciones (en ocasiones también romperlas).

Es importante que las relaciones sean Vitalizantes

Debes sopesar tus niveles de asociación. A lo mejor estás pasando demasiado tiempo con una persona que te impide progresar, o demasiado poco con otra que te potencia.

Las relaciones se organizan de acuerdo con tres instancias

El Orden: Se basa en los valores, en las funciones que desempeñamos en la relación y en los roles que jugamos. También incluye la posición que ocupamos en la Jerarquía.

La Compensación: Hace referencia al proceso de Dar y Recibir en la relación. Lo saludable es dar de forma incondicional (sin esperar nada a cambio) y sentirnos con el derecho de recibir los mejores dones del universo.

El Vínculo Afectivo: Define la naturaleza de la relación (familiares, de amistad, sociales, laborales…). Es muy importante que los vínculos afectivos estén bien saneados, especialmente con familiares, exparejas…

Cuando predomina un aspecto los otros dos se debilitan. De modo que es necesario equilibrarlos.

Las relaciones humanas son complejas y debemos aprender a gestionarlas. Son la clave para el éxito profesional y personal. Lo importante es crear “Contratos Positivos” en las relaciones, es decir, aquellos que se basan en el apoyo mutuo, el respeto y que buscan que el amor crezca en la relación.

Para que las relaciones funcionen (en especial las de pareja), es esencial que cada uno reconozca su parte de responsabilidad en el conflicto y que equilibre su parte masculina y femenina.

A través del otro te conoces a ti mismo. El otro es un espejo de tus luces y de tus sombras. De modo que no esperes a cambiar para relacionarte, relaciónate y cambia en el proceso.