¿Soy consciente de que trabajar en equipo es mucho más rentable que ir por mi cuenta?
¿Sé que para crear un equipo debo ser paciente, emplear tiempo y seguir una serie de etapas?
¿Conozco los criterios fundamentales que rigen el funcionamiento de cualquier equipo de trabajo?
¿Diseño objetivos y establezco incentivos de trabajo?
¿Soy capaz de relacionar las funciones laborales de manera efectiva?
¿Evito los cuellos de botella, los tiempos muertos, la duplicación de las tareas o los contrasentidos?
¿Puedo hacer o proponer cambios en el modelo de comunicación, para lograr que la información circule de forma operativa?
¿Sé diferenciar autoridad de poder?
¿Cómo estoy ejerciendo mi autoridad?
¿Tengo en cuenta las aspiraciones individuales de las personas que trabajan con migo y las aprovecho para mejorar el rendimiento del equipo?
¿Tengo en cuenta las condiciones ambientales (ergonomía, vestuarios, iluminación, decoración…) de las personas que trabajamos en equipo?
¿Me he planteado alguna vez formar de un equipos de alto rendimiento?
¿Evalúo o propongo evaluar de forma periódica el funcionamiento del equipo?
¿Cuándo hay un conflicto, soy capaz de describirlo de forma neutral y lo abordo como una oportunidad de mejora?, ¿Sigo alguna metodología contrastada?
¿Estoy interesado en mi autoaprendizaje?
¿Participo de los programas de formación y/o mentoring de la organización, para la que trabajo?
¿Diseño yo mismo estos programas y me ocupo de que la gente esté formada?
¿Puedo planificar y dirigir una reunión de forma ágil y operativa?
¿Participo activamente en las reuniones y aporto valor real a las mismas?
¿Conozco mi pauta de conducta y soy capaz de reeducar aquellos comportamientos que afectan al bienestar del equipo y a su rendimiento?
¿Me comunico eficazmente con los demás miembros del equipo?