Gestión de conocimiento.
El conocimiento es el conjunto de informaciones, experiencias, valores, actitudes y capacidades de realización, que otorga sabiduría a las organizaciones y a los individuos.
En términos de utilidad, es la materia prima que utilizan los gestores para obtener resultados a través de terceras personas. En suma es algo que se puede crear, difundir y medir. El conocimiento solo tiene valor cuando alguien lo utiliza para algo concreto.
Hay un conocimiento explícito y otro latente. Los gestores deben organizar el primero para que de beneficios y conseguir que el segundo sea visible. Una de las herramientas que se utilizan para organizar el conocimiento son los archivos.
La gestión del conocimiento tiene como objetivo la creación de ventajas competitivas sostenibles en el tiempo, es decir, habilidades y competencias distintivas, que sean difíciles de imitar por la competencia y que aseguren el éxito permanente de la organización.
Hoy en día se considera fundamental aprender a crear y a gestionar el conocimiento. El motivo principal es el aumento de la complejidad que acarrea la revolución científica y tecnológica. La sociedad del conocimiento es también una sociedad del aprendizaje.
Los trabajadores del conocimiento son:
El principal destinatario del conocimiento es la dirección, aunque debe contemplar toda la organización sin excepciones.
El programa de gestión del conocimiento relaciona las capacidades con los resultados y da mucha importancia a los procesos.
Un proceso es un conjunto de actividades interrelacionadas entre sí por una lógica operativa, en la que se buscan determinados resultados. Los procesos incorporan procedimiento que son un conjunto de reglas e instrucciones definidas que explican cómo se debe actuar en una situación determinada.
El estudio y la mejora de los procesos permiten innovar, para satisfacer plenamente las necesidades de los clientes y los actores involucrados. El objetivo es generar valor de manera creciente y continuada.
Las actividades básicas de un buen programa son:
El conocimiento se debe poder medir. Para ello se utilizan indicadores. Cada organización debe utilizar los que más se aproximen a sus características.
Abundancia económica.
Para generar abundancia hay que considerar dos cosas.
Entre las características económicas hay que tener en cuenta las economías de escala, las estructuras de costes y los instrumentos de análisis financiero (balance…)
En las personales hay que considerar que la abundancia no es solo una cuestión material o monetaria y que para atraerla a nuestra vida, debemos trabajar en 5 dimensiones de la personalidad. En este sentido el desarrollo personal es básico.
Creación de estrategias y dirección por objetivos.
Una estrategia es un principio básico de acción que presupone la respuesta de oponentes racionales, ya sea la competencia, clientes potenciales, proveedores, la comunidad, etc.
Para crear una buena estrategia es necesario definir:
Asimismo hay que identificar las necesidades del mercado y mejorar las imperfecciones en la cadena de valor.
El objetivo del pensamiento estratégico es crear una ventaja competitiva.
Para crear una estrategia hay que posicionarse en torno a los costes (ser baratos), la diferenciación (ser singulares) y la concentración (dirigirse a un nicho de mercado concreto). Además hay que saber gestionar la comunicación corporativa y establecer tres focos de acción (el institucional, el corporativo y el de negocio).
Internet
Internet es la punta de lanza de la nueva revolución científica y tecnológica. Modifica el sistema de comunicación tradicional (en el que unos pocos le dicen a muchos sobre que tienen que pensar), pues permite, que todos nos comuniquemos con todos a muy bajo coste.
Establece nuevas reglas en las formas de organizar la economía, las ciudades, las instituciones, la educación… Es una tecnología que está catalizando el cambio social y por ello, es necesario conocerla e incorporarla a nuestro funcionamiento.