Es la habilidad de crear contextos de aprendizaje en los que las personas puedan ejercitarse y evolucionar desde su experiencia.

Implica actuar como facilitador para que otros superen sus propias limitaciones y desarrollen sus verdaderos potenciales.

Actúa de forma independiente o complementaria a la de actuar como formador.

• ¿Analizas las necesidades y los potenciales de los demás; y, los relacionas con los de la organización?

• ¿Dedicas recursos (tiempo, dinero, esfuerzo físico y psicológico) para desarrollar a otras personas, a corto y a largo plazo?

• ¿Actúas como mentor y guía en el desempeño de los demás?

• Expresas expectativas positivas. Provocas a las personas para que se pregunten sobre sus propósitos vitales y les ayudas a relacionarlos con la adquisición de competencias personales y profesionales.

• Creas oportunidades de aprendizaje. Encomiendas tareas y proyectos que superan las habilidades actuales de las personas. Ofreces colaboración, proporcionas recursos y herramientas; y, controlas resultados periódicamente. Das un feed-back negativo cuando el resultado es inferior al esperado. Juzgas el comportamiento pero preservas la integridad de la persona.

• Toleras el error. Permites que las personas se equivoquen, observando en el fracaso una oportunidad de mejora. Animas a los demás para que encuentren sus propias respuestas y la solución a los problemas planteados.

• Aprendes de los demás. Te muestras abierto a las observaciones y a las críticas de otras personas. Celebras que los demás te enseñen cosas, especialmente de ti mismo.

1. Incrementas el rendimiento individual y de los equipos.

2. Fortaleces el liderazgo. Elevas la autoconciencia y el sentido de responsabilidad personal.

3. Creas oportunidades de mejora, incrementas la innovación.

4. Incrementas la autoestima y los niveles de felicidad personales.