Destreza para escuchar el cuerpo, atender sus necesidades (descanso, alimentación, activación, desintoxicación…) y equilibrar la sensibilidad.

Habilidad para relacionar el cuerpo con el resto de dimensiones de la personalidad (emociones, mentes, relaciones y espíritu) y utilizarlo para tomar decisiones.

• ¿Escuchas tu cuerpo?

• ¿Estás en contacto con tu sistema interno de equilibrado y atiendes sus mensajes?

• ¿Utilizas el cuerpo para tomar decisiones?

• ¿Eres consciente de tu estructura corporal y de la relación que establece esta con tu personalidad.

• ¿Te haces presente a través de tu cuerpo?

• Escuchas tu cuerpo. Atiendes sus necesidades (comes cuando tienes hambre, descansas cuando lo necesitas, etc.).

• Dialogas con tu cuerpo. En función de la sensación física que tienes, le preguntas a tu cuerpo para que te informe de lo que necesitas saber.

• Observas tus sensaciones físicas. Las relacionas con tus estados emocionales y mentales.

• Te relajas con facilidad. Dejas que tu cuerpo gobierne el proceso.

• Practicas el automasaje. En sus distintas modalidades.

• Respiras de forma consciente. Lo haces de forma completa, es decir, con el abdomen, el pecho y las clavículas.

• Eres amigo de tu cuerpo. Te haces notar a través de él.

• Eres consciente de tu postura corporal. La corriges para mantenerte en equilibrio.

• Caminas de forma consciente.

1. Mantienes una salud fisica excelente.

2. Ahorras mucha energía física, no te agotas innecesariamente.

3. Te recuperas del ejercicio o de la actividad diaria con facilidad.

4. Mejoras tus relaciones personales.

5. Tomas decisiones acertadas.