Habilidad para comprender el dolor de otro ser vivo, sostenerlo desde el amor incondicional y trascenderlo con ayuda del corazón.  

• ¿Escuchas a los demás con la intención de comprenderlos realmente?

• ¿Te muestras empático con otras personas cuando estas están pasando por un mal momento?

• ¿Eres una persona paciente, capaz de regular el miedo a que eso que deseas que suceda no ocurra nunca?

• ¿Eres capaz de absorber el dolor del otro (respirarlo) sin identificarte con él y de trascenderlo con la fuerza del amor?

• Escuchas para comprender realmente. Cuando escuchas al otro no le das consejos, no le etiquetas y reaccionas ante sus palabras. Observas su lenguaje no verbal, sus intenciones y el contenido verbal de sus palabras.

• Te enfocas en la solución de los problemas. Cuando alguien adopta el rol de víctima no te identificas con su dolor (o su problema) y enfocas la conversación hacia la búsqueda de soluciones.

• Eres paciente. Cuando algo que deseas que suceda se pospone de forma indefinida, observas el miedo que tienes a que nunca ocurra y lo transformas en amor.

• Transciendes el dolor propio y el ajeno. Cuando sientes el dolor interno o cuando ves a alguien sufriendo inspiras el dolor y, en la espiración, lo transmutas con la fuerza del amor incondicional.

1. Fortaleces tus relaciones interpersonales.

2. Reduces los niveles de estrés y mejoras la salud física.

3. Anclas la paz del espíritu en tu cuerpo, a través de tu corazón.

4. Eres más feliz.

5. Tus problemas personales se resuelven con más facilidad.